Un
reciente artículo del catedrático Cecilio
Moral pone de manifiesto la importancia que tiene la formación e
información financiera tras el período de crisis tan brutal que hemos vivido y
que aún seguimos sufriendo. Este experto afirma que desde 2007 “se ha ido tomando conciencia de la necesidad de formar
financieramente a los usuarios de los productos y servicios que se ofrecen por
las entidades especializadas”. La formación no garantiza que vuelvan a reproducirse
las situaciones vividas en los últimos años, dice, pero yo añado que la
educación y la formación proveen de herramientas para mejorar, potencia la
innovación y la creatividad personal y te profesionaliza más. Si a ello le sumamos
una actitud positiva y proactiva, creo que tendremos unos buenos ingredientes
para avanzar sea cual sea el sector o el ámbito que nos ocupe.
Esta es la intención básica, mi objetivo principal, cuando me planteo abordar
un proyecto de formación. Y para ser más preciso trataré uno de mis últimos
proyectos dirigidos al ámbito turístico rural. Considerando las dificultades que
toda captación conlleva, entre otras estrategias, me he puesto en contacto con
varias asociaciones del sector en diferentes provincias española. Tras el
contacto inicial, las preguntas sobre sus inquietudes y aspiraciones de
crecimiento, realizo la presentación breve del programa que tengo creado para
potenciar los ingresos comerciales de los negocios turístico-rurales.
En el caso que nos ocupa, entre numerosísimas entidades con las que
contacto, ha habido una que me planteó la objeción del precio nada más
remitirle ampliada la información del programa por correo electrónico. Me dijo su
presidente, dos días después, que “envié su correo a los socios y
espero respuestas. La Diputación organiza cursos gratuitos y la respuesta ha
sido mínima, dudo que les interese si tienen que pagar, por otro lado, la
asociación no tiene fondos para financiarlo. Le mantendré informado por e-mail”.
Esperaba
esta objeción. La tenía preparada, había estudiado concienzudamente el sector
turístico-rural de esa provincia. Por ello, “contraargumenté” con información
valiosa: la provincia está en el pelotón de cola de las provincias menos
visitadas de España, expuse una noticia acerca del desembarco de un grupo hotelero francés en España
indicando que el mercado turístico español es aun bastante elástico y con
muchas perspectivas de crecimiento para los próximos diez años, añadí
igualmente que si bien la Diputación Provincial realizaba cursos gratuitos el
mío no lo era, la experiencia, el conocimiento y los resultados tienen un
valor. Por si fuera poco, incluí en mi argumentación el número
de viajes que los residentes españoles han realizado en el tercer trimestre
de 2016. ¿Sabéis cuántos? Os lo digo, 61 millones de viajes. Sí, 61 millones en
tan solo tres meses.
A mi modo
de ver, tenía motivos suficientes como para, cuanto menos, hacer que el presidente
de la asociación se replantease su colaboración para aprovechar una buena
oportunidad de involucrarse en la capacitación de sus asociados, en definitiva,
invertir en crecer. Las empresas que no invierten para crecer (o crecer gratis)
tarde o temprano tendrán serias dificultades, seguramente dirán que serán
responsabilidad de alguien que no trabaja en la empresa, por supuesto. O del
Gobierno, por qué no.
He
sopesado mi decisión, pero creo importante hacer llegar la distancia entre lo
que se dice y se comparte en grandes foros empresariales, las tendencias para
varios años vista, las grandes visiones de los gurús, con un mundo empresarial
que también es real, que vive apegado a la tierra, con problemas y soluciones
muy cercanas, un mundo empresarial alejado de las grandes manzanas y centros financieros internacionales.
A
continuación, os ofrezco la respuesta del presidente de esta asociación
salvaguardando, por supuesto, su nombre y la provincia en cuestión. Para ello, he
sustituido el nombre de la provincia por “la provincia”.
“Muchas gracias por su correo, pero no he
recibido ni una sola respuesta interesada de los socios.
Ahora te hablaré de forma personal
mía, Yo no voy a gastar dinero en cursos, ni tengo interés en técnicas de
ingresos comerciales, trabajo no me falta, tengo mi clientela y estoy
satisfecho, no necesito más, porque no doy más de sí. Cuando los
asociados ven que su negocio no funciona y ven que la provincia es (…) una de
las provincias que menos se visita, etc, etc la respuesta es
sencilla, ni somos Madrid, ni Asturias, ni tenemos playa, somos lo que somos, y
el problema es que NO SE HACE UNA CAMPAÑA DE PROMOCION EFECTIVA DE LA PROVINCIA
A LARGO PLAZO, y de poco nos va a servir técnicas de ingreso, si nadie conoce la provincia, aun así, para los que se
interesan por la provincia, no sirve
de nada la Feria de Turismo INTUR, FITUR, salir en el periódico de la provincia, o en la radio o poner en
la web de la Junta o Diputación lo maravillosos que es la provincia, ya que sabemos que lo importante es estar el primero
en Google o pagar una media de 200 € por portal bien posicionado, entonces
empezarás a tener ingresos, pero volvemos a lo mismo, si no hay una campaña de
promoción, buena, efectiva, en TV nacional, en las mejores cadenas, etc pues
nada de nada, aun así, los que sabemos movernos y gestionarnos, nos defendemos.
Yo lo siento Javier, no tengo
tiempo ni ganas de convencer a ningún socio de que se gaste lo que no tiene en
hacer un curso, si no responden, es porque no les interesa.”
Agradezco
sin duda su sinceridad. Es muy loable su visión del negocio e identifica las
dificultades del sector, de su visión del asociacionismo y también su seguridad
ante el futuro.
¿Cómo será
el sector turístico-rural de esa provincia dentro de 5 años? Escribiré, sin
ninguna duda, la respuesta dentro de 5 años. De momento, os recomiendo un libro
que recientemente he leído en muy pocos días, La vaca púrpura de Seth Godin. Prometo hacer una síntesis rápida de
esta maravilla en un próximo artículo.