miércoles, 28 de diciembre de 2016

Formación y turismo rural

Un reciente artículo del catedrático Cecilio Moral pone de manifiesto la importancia que tiene la formación e información financiera tras el período de crisis tan brutal que hemos vivido y que aún seguimos sufriendo. Este experto afirma que desde 2007 “se ha ido tomando conciencia de la necesidad de formar financieramente a los usuarios de los productos y servicios que se ofrecen por las entidades especializadas”. La formación no garantiza que vuelvan a reproducirse las situaciones vividas en los últimos años, dice, pero yo añado que la educación y la formación proveen de herramientas para mejorar, potencia la innovación y la creatividad personal y te profesionaliza más. Si a ello le sumamos una actitud positiva y proactiva, creo que tendremos unos buenos ingredientes para avanzar sea cual sea el sector o el ámbito que nos ocupe.

Esta es la intención básica, mi objetivo principal, cuando me planteo abordar un proyecto de formación. Y para ser más preciso trataré uno de mis últimos proyectos dirigidos al ámbito turístico rural. Considerando las dificultades que toda captación conlleva, entre otras estrategias, me he puesto en contacto con varias asociaciones del sector en diferentes provincias española. Tras el contacto inicial, las preguntas sobre sus inquietudes y aspiraciones de crecimiento, realizo la presentación breve del programa que tengo creado para potenciar los ingresos comerciales de los negocios turístico-rurales.

En el caso que nos ocupa, entre numerosísimas entidades con las que contacto, ha habido una que me planteó la objeción del precio nada más remitirle ampliada la información del programa por correo electrónico. Me dijo su presidente, dos días después, que “envié su correo a los socios y espero respuestas. La Diputación organiza cursos gratuitos y la respuesta ha sido mínima, dudo que les interese si tienen que pagar, por otro lado, la asociación no tiene fondos para financiarlo. Le mantendré informado por e-mail”.

Esperaba esta objeción. La tenía preparada, había estudiado concienzudamente el sector turístico-rural de esa provincia. Por ello, “contraargumenté” con información valiosa: la provincia está en el pelotón de cola de las provincias menos visitadas de España, expuse una noticia acerca del desembarco de un grupo hotelero francés en España indicando que el mercado turístico español es aun bastante elástico y con muchas perspectivas de crecimiento para los próximos diez años, añadí igualmente que si bien la Diputación Provincial realizaba cursos gratuitos el mío no lo era, la experiencia, el conocimiento y los resultados tienen un valor. Por si fuera poco, incluí en mi argumentación el número de viajes que los residentes españoles han realizado en el tercer trimestre de 2016. ¿Sabéis cuántos? Os lo digo, 61 millones de viajes. Sí, 61 millones en tan solo tres meses.

A mi modo de ver, tenía motivos suficientes como para, cuanto menos, hacer que el presidente de la asociación se replantease su colaboración para aprovechar una buena oportunidad de involucrarse en la capacitación de sus asociados, en definitiva, invertir en crecer. Las empresas que no invierten para crecer (o crecer gratis) tarde o temprano tendrán serias dificultades, seguramente dirán que serán responsabilidad de alguien que no trabaja en la empresa, por supuesto. O del Gobierno, por qué no.

He sopesado mi decisión, pero creo importante hacer llegar la distancia entre lo que se dice y se comparte en grandes foros empresariales, las tendencias para varios años vista, las grandes visiones de los gurús, con un mundo empresarial que también es real, que vive apegado a la tierra, con problemas y soluciones muy cercanas, un mundo empresarial alejado de las grandes manzanas y centros financieros internacionales.

A continuación, os ofrezco la respuesta del presidente de esta asociación salvaguardando, por supuesto, su nombre y la provincia en cuestión. Para ello, he sustituido el nombre de la provincia por “la provincia”.

Muchas gracias por su correo, pero no he recibido ni una sola respuesta interesada de los socios.

Ahora te hablaré de forma personal mía, Yo no voy a gastar dinero en cursos, ni tengo interés en técnicas de ingresos comerciales, trabajo no me falta, tengo mi clientela y estoy satisfecho, no necesito más, porque no doy más de sí.   Cuando los asociados ven que su negocio no funciona y ven que la provincia es (…) una de las provincias que menos se visita, etc, etc  la respuesta es sencilla, ni somos Madrid, ni Asturias, ni tenemos playa, somos lo que somos, y el problema es que NO SE HACE UNA CAMPAÑA DE PROMOCION EFECTIVA DE LA PROVINCIA A LARGO PLAZO, y de poco nos va a servir técnicas de ingreso, si nadie conoce la provincia, aun así, para los que se interesan por la provincia, no sirve de nada la Feria de Turismo INTUR, FITUR, salir en el periódico de la provincia, o en la radio o poner en la web de la Junta o Diputación lo maravillosos que es la provincia, ya que sabemos que lo importante es estar el primero en Google o pagar una media de 200 € por portal bien posicionado, entonces empezarás a tener ingresos, pero volvemos a lo mismo, si no hay una campaña de promoción, buena, efectiva, en TV nacional, en las mejores cadenas, etc pues nada de nada, aun así, los que sabemos movernos y gestionarnos, nos defendemos.

Yo lo siento Javier, no tengo tiempo ni ganas de convencer a ningún socio de que se gaste lo que no tiene en hacer un curso, si no responden, es porque no les interesa.

Agradezco sin duda su sinceridad. Es muy loable su visión del negocio e identifica las dificultades del sector, de su visión del asociacionismo y también su seguridad ante el futuro.

¿Cómo será el sector turístico-rural de esa provincia dentro de 5 años? Escribiré, sin ninguna duda, la respuesta dentro de 5 años. De momento, os recomiendo un libro que recientemente he leído en muy pocos días, La vaca púrpura de Seth Godin. Prometo hacer una síntesis rápida de esta maravilla en un próximo artículo.